lunes, 9 de enero de 2017

JUAN MIGUEL ITURRALDE

todas esas luchas usando jiu-jitsu. “Vi ese campeonato y quedé enamorado”, recuerda.

Para él, este arte marcial suave, como se lo describe, es su estilo de vida. “Yo soy producto de lo que el jiu-jitsu ha hecho”.

Se casó hace dos años y medio con Ana María Mejía y esperan a su primer hijo, Juan Ignacio.

Estudió Leyes, Derecho Público, en la Universidad Católica de Guayaquil, pero no ejerció por desilusión. “El jiu-jitsu es un trabajo ciento por ciento libre de corrupción”, asegura.

Empezó entrenando en el gimnasio de su papá, Juan Eduardo. Para adentrarse más en este mundo de llaves y combate, Roberto Bitar, de Bidokan, fue su primer instructor.

Luego estuvo con el profesor Fredy Sukata, y quien le dio a Juan Miguel la cinta negra fue Soluço, en el 2010, representante de Alliance, conocida academia de jiu-jitsu.

“Hay tan pocos de cinta negra y por eso hay tanto respeto para ellos. Es una combinación de tiempo y constancia del alumno”, sostiene.

En el 2007 abrió su primera academia, Alliance Samborondón. Actualmente se ubica en el km 2,5 y lo comparte con Crossfit Culture.

De su familia no es el único que practica este arte marcial. Sus otros dos hermanos, Leo, de 28 años, y Francisco, de 20, son campeones mundiales del International Brazilian Jiu-Jitsu Federation (IBJJF) y el último da clases en Nueva York, EE.UU.

Juan Miguel asegura ser eficiente y tranquilo, cualidades que aprendió con la disciplina. Fuera de la academia es un aficionado de la música, incluso alguna vez en su vida pensó vivir de esto. Uno de sus géneros favoritos es el metal melódico, cuenta.

En combate

Su tarea en esta disciplina es ser instructor más que competidor, como sus dos hermanos. “Yo no me considero un competidor, sino más bien un profesor. Mi llamado ha sido más a la enseñanza del jiu-jitsu”.

Sin embargo, en enero decidió intervenir en el Campeonato Europeo de Jiu-jitsu, en Portugal, y en el 2011 luchó en el Abierto de Nueva York, EE.UU. En ambos obtuvo medalla de oro, algo que lo convierte en un campeón mundial.

“Creo que para el jiu-jitsu ecuatoriano yo saqué las dos primeras medallas de cinta negra de la confederación”, comenta.

En el jiu-jitsu se lucha por cinta, peso y edad. En el caso de Juan Miguel, es cinta negra, masters pesado y tiene 32 años.

FUENTE: http://www.eluniverso.com/2013/03/07/1/1528/un-instructor-oro.html


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